Este modelo es tan bruto que ni siquiera era legal para un uso en carretera. No obstante, todavía podemos hacernos con uno en el concesionario Ferrari de Fort Lauderdale, la llamada “Venecia de América”, en Florida, al módico precio de 2,2 millones de dólares, cerca de un 1,6 millones de euros al cambio.
El exótico precio atiende a la exclusividad del coche, del que sólo se fabricaron 30 unidades, todas ellas mantenidas por Ferrari dentro de su programa Corse Clienti de carreras-cliente. De hecho, los dueños ni siquiera se quedan el coche, ya que es Ferrari quien los guarda y quien se encarga de lalogística cuando los acaudalados clientes quieren darle uso en el circuito de su elección
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